Para esta primera entrada, quisiera comentarles que no sabemos a ciencia cierta si el planeta Tierra
está en crisis, pero en un país como México estamos cruzando por la más grande en cuanto a
creatividad, tanto en los medios de comunicación como en la industria de la
música grabada.
Para qué hablar sobre el asunto de la televisión estando contaminada de una forma extraordinaria.
Si la radio estuviese como se hizo mínimo en
los años 90, tendría un futuro mucho más próspero iniciando los años 2000 y
posteriores.
Y ahora parece que la industria discográfica se ha vuelto un refugio de los que dicen saber de música. Basta con recurrir a conceptos como
Julio Iglesias cantando temas mexicanos; Ana Victoria y sus canciones
masculinas, Los Ángeles Azules y El Tri Sinfónicos, Jorge Muñíz con sus boleros, rondallas y tríos hasta el cansancio; Pepe Aguilar "homenajeando" a su padre Antonio, a Vicente
Fernández y a los que se dejen; Pesado, Los
Ángeles Negros, Juan Gabriel, José José, Alberto Barros, La Sonora Santanera y hasta Napoleón con sus
duetos, tributos y nuevas versiones mil veces.
Y así podremos seguir con una larga lista.
Esos son los únicos discos que se venden en forma
constante. Y son conceptos producidos por los últimos productores discográficos
provenientes de una juventud acumulada.
Hasta muchos se preguntarán dónde quedó el resto si a eso le sumamos la extinción de la casa disquera inglesa EMI y
la adquisición de BMG por parte de Sony Music.
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